Para una persona mayor que obtiene una hipoteca inversa, la vivienda es la única garantía del préstamo, lo que la convierte en un préstamo de “autofinanciamiento” que no requiere pagos hipotecarios mensuales. También hay varias formas de aprovechar el valor líquido de la vivienda con una hipoteca inversa, desde crear una línea de crédito personal hasta establecer un depósito mensual directo durante un período determinado por el propietario, siempre y cuando vivan en la casa. Para ser elegible y solicitar dicha hipoteca, el propietario debe tener por lo menos 62 años.